El objetivo principal de las terapias biológicas es abordar las afecciones de manera más específica y efectiva, centrándonos en el manejo de los procesos naturales del cuerpo para aliviar la enfermedad. A diferencia de otros enfoques, estas terapias no se limitan a reducir los síntomas; en cambio, buscan tratar de forma precisa las causas y sus orígenes.
¿Cómo lo logran? Estas utilizan agentes biológicos, como células madre, factores de crecimiento y proteínas, que son esenciales para el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
Una de las ventajas más notables es que es un enfoque personalizado. Cada paciente es único y se deben consideran las diferencias individuales para ofrecer tratamientos adaptados a las necesidades específicas de cada caso. Esto significa que las terapias biológicas pueden ofrecer resultados más duraderos, ya que no solo se dirigen a los signos superficiales, sino que se adentran en la raíz del problema.
Los avances en la medicina regenerativa y la biotecnología han permitido que estas opciones terapéuticas se conviertan en una realidad prometedora y esperanzadora para muchos pacientes.